CUALQUIER SEMEJANZA CON LA FICCION.

Hace un par de años, en momentos de aburrimiento como el actual, vi la película Epidemia. Un año después, la volví a ver en un autobús, con diferencia de la compañía, en aquel momento dije: ¡nunca más!  Los simios se hacían presente en cada rostro de los acompañantes del viaje, incluso el mío al verme en un espejo. Pero al tiempo, bajita la mano, desde diciembre del año pasado llega no una epidemia, una Pandemia, con todas sus letras y con todas sus muertes. ¿En qué cabeza cabe Dios?, ¿Cómo se te fue a ocurrir organizar esta hecatombe?..Silencio. No se oye. 

La piel mundial va llenándose de rash cutáneo. Círculos rojos confluentes que chispotean por la faz ocupando el corpus todo del entonces colorido mapamundi. La China, que ya es roja por añadidura, se vuelve tinta en muerte y soledad. Calles vacías donde uno se pregunta: ¿Cómo hicieron para meter a tanto chino a sus casas? ¿De qué forma cupieron los millones de habitantes acostumbrados a desbordar banquetas, escuelas, fábricas y mercados? Sabemos por la televisión, que millones entraron a casa por sentirse enfermos, algunos sometidos a golpes para encerrarse, después expulsados de ellas para ser arrastrados a los hospitales y hubo otros que quedaron tendidos en las calles porque el virus tenía prisa por llegar a Europa.  Dos meses más, en avión y en primera clase, el virus arriba triunfante a muestro continente. 

Recuerdo cuando la Influenza, vivía entonces en Matehuala. De cerca, porque trabajaba en el hospital, viví la fuerza de ese virus, que nos pescó sin  haber sus características, mutación y letalidad, con una curva de aprendizaje  lenta pero con poquísimos tropiezos. Muerte, si, muerte a nuestro rededor, con severísimas complicaciones respiratorias.  La orden central de referir a todos los detectados a la capital del Estado, sin pruebas de laboratorio aún, solo la capacidad clínica del diagnóstico y asegurarnos de confinar los contagios. Con ensayo y error que a la semana se volvió en aciertos todos. Pero abrazada la población a la paranoia de tener el padecimiento exigiendo traslados casi con pistola en mano. Tu te vas, tu no te vas, aquel si se va, este ya se murió en fin, momentos muy complicados, pero a diez años de distancia, parece una vieja pesadilla perdida en el tiempo. Como aquella película del autobús, ahora no veo simios, veo murciélagos y sueño chinos comiéndoselos y a una mujer que se come una tortuga cosida, de mediano tamaño, a mordiscos con singular apetito y me digo, esa desgraciada está preparando el COVID 2O. Pobre tortuga.

Y ante la duda de que el virus fue fabricado en Wuhan China, yo mas bien pienso que se diseñó en Corea del Norte, plantado en la ciudad de Wuhan de donde se dispersa al globo todo. ¿Por qué de Corea? Ja ja, cualquiera lo supone. Trump podrá ser sangrón, pero el pelo de donde se agarra su horrible peluquín, no es de tonto aunque culpe a los chinos de su dispersión. El sabe por dónde lanzar la bola, lo malo es que todo esto, podrá rematar en una acción bélica de consecuencias peores que el Coronavirus. 

¿Acaso la razón de tantos avistamientos de Ovnis que con encuentros del 4° tipo se están dando, sean porque los Grises, los Reptilianos, Alunaquis y un sin fin de especies interestelares que se la pasan chido en el planeta no quieran irse sin completar su función milenaria de hacer evolucionar nuestra especie?  Solo en el mes de mayo, hubo más de 550 observaciones de UF OVNIS, 6 en nuestro territorio, Brasil con 27 y así sucesivamente en todo el orbe. Racimos de platillos penetrando la atmósfera...Todo muy raro.

(Esto último fue una aportación de Jaime Musán, Gracias).

Esta nueva normalidad, la veremos totalmente a fines de octubre. Salir de casa por hoy sigue siendo muy peligroso, no tanto por el contagio, que finalmente se dará a toda la población mundial, sino por que así no se saldrá de la pandemia y habrá mutaciones del COVID19 hasta que su virulencia se minimice y dentro de cuatro años aparezca la vacuna realmente eficaz. Como dije en mi previo blog, no me la pongo si sale antes de dos años.

Ahí les dejo estas consideraciones que pronto se parecerán a la realidad.