EL MUNDO INFELIZ
Dr. Pedro Alfonso González Ojeda
Mi prima Gertrudis, cuya principal cualidad es de ser
observadora, el defecto que posee es ser metiche. Ella piensa que esta guerra
contra el virus, la estamos perdiendo escandalosamente. Con excepción de
algunos países que se han mantenido a salvo por adoptar medidas inteligentes.
La situación es tan mala que se dice dejará más de veinte millones de muertos
en todo el mundo. Gertrudis es exagerada, como el loco Trump, refiriéndose al
muro: "Lo pagarán los mexicanos" Y qué tal, ¿se mandaron los primeros
dólares para esa bardilla miserable? Mal llegó el nuevo presidente (no tan
nuevo, está más cascarita que yo), borrón y cuenta nueva. Aunque ha continuado
la construcción por razón de contratos y su cumplimiento, pero la tirada es
fabricar un nuevo portaaviones con el hierro obtenido por su fundición, no de
Trump, sino del muro...
Leo todos los días un par de revistas médicas (NEJM, The
Lancet), con la finalidad de que no se afloje la neurona (una), también para
conocer un poco mas de las vacunas, sus marcas, efectividad etc. En esas estaba
cuando me llega el "newsletter" del artículo completo del estudio
ruso de la vacuna SPUTNIK V. El rigor científico y claridad de los conceptos
parece que es una vacuna muy competente, más del 92% de efectividad, es más
hasta soñé que me la ponían a mi primero de tan convencido que me fui a dormir,
que aunque debo decir que a esas horas (3 a.m.), ir a la cama no requiere de
mucho convencimiento. El caso es que al día siguiente abrí la página del
gobierno para inscribirme a la aplicación de la misma. No tuve ninguna
dificultad para entrar ni para escribir los datos solicitados. En tres minutos
quedé inscrito. Unos días antes hice lo mismo con los datos de mi esposa.
Espero que en los próximos días se anuncie que llegan 200 millones de vacunas
para cubrir ambas dosis. Y aquí sigue una reflexión:
De niños, escolares de no me acuerdo qué año de la elemental
primaria, fuimos vacunados contra la poliomielitis, paperas, tosferina y
tétanos juntas. Viruela con la técnica de puntilleo, la marca sigue ahí en el
deltoides derecho, mírensela. Después, todos los chamacos en una fila india,
tomando distancia, so pena de un coscorrón por parte del profesor, pasamos a la
vacuna de la tuberculosis. Una sola vacuna sin chistar. Años más tarde, muchos
más, la influenza, cuya inmunidad parcial tuve viviendo en Mateyork, pues me
dio la enfermedad, sintiendo la muerte chiquita, me dolía hasta el pelo (que
entonces había aún), por fortuna aún no se sabía que enfermedad era, ojos que
no ven, pulmón que no siente. Preguntarán ustedes ávidos lectores por la
reflexión que prometí, pues ahí les va:
La opción para todas aquellas inmunizaciones era UNA SOLA
VACUNA, te la pones o te lleva pifas. No nos daban a escoger. Solo el rojo. Nos
daba miedo, las mamás sufrían porque pensaban que sus hijitos queridos y
adorados serían estériles o retrasados intelectuales o ambas cosas con las
vacunas, independiente de cual. Hoy tenemos como tamales, (a propósito qué
buenos y ricos los que nos regalaron para la Candelaria). Disculpen divagar,
pero recomiendo los de chicharrón y rajas, envueltos en hoja de plátano. Ok,
decía a propósito de los biológicos que aplicarán en este país complicado.
Tenemos seis vacunas disponibles, mas las que se acumulen esta semana. Por
fortuna los colegas, enfermeritas, enfermeros y todos los héroes que laboran en
las clínicas y hospitales que están en contacto con enfermos de COVID ya fueron
receptores felices de la primera dosis. Inmunidad del 50% mientras no se les
inocule el segundo shot (así se dice en inglés a la segunda dosis), ustedes
luego luego salivando a mares. A ellos, les ha tocado una excelente vacuna y
bien merecida, tienen un año peleando una guerra perdida hasta ahora. Y aunque
no revelaré mi fuente, parece que el paro de los trabajadores de la salud va en
serio, en protesta por muchas cosas, pero en especial por una sociedad
inescrupulosa, negligente, importamadrista, que sigue de fiesta infectándose,
compartiendo el virus con cuanta persona tienen al lado, bailando como
candidata al gobierno de Querétaro, sin el cubre narizboca que así debiera de
llamársele. O mascarilla como le dicen en allende el Bravo. "Mientras tú
te diviertas, nosotros paramos" Será el slogan del movimiento de protesta.
De por si, ya no hay lugar para irse a morir.
El único médico que ha estado feliz con la mortalidad en
México es Gatell. Todos los demás, me incluyo, queremos que por piedad los
chavos y mitoteros se aplaquen y crean en lo que pasa. La muerte ronda por
doquier y ahora se ha incrementado en edades tempranas de la vida. Usen por
favor el cubre narizboca, salva de contraer la infección. No sigan el ejemplo
del testarudo presidente (?).
Todos estamos de pelos parados, de mal carácter, hartos de
la convivencia obligada en casa, las videollamadas y el zoom ese no nos
conforman. Queremos salir corriendo a una playa, a un parque a una fiesta donde
haya música, chicas...perdón, esas después. Unos ricos vinillos, aunque sea
B&W, me lo echo. PERO y aquí viene el pero Naaaa de eso. A seguirnos
cuidando. ¿Por qué? Preguntará una lectora sesentona o más, impaciente. Pues
porque la vacuna al paso que vamos a mi me toca hasta el 31 en octubre del 2034
a las 19:45 esto según mis cálculos pues el folio de inscripción a la Sputnik V
es el núm. 15,456,020. La señora que me acompaña en este peregrinar por la vida
es la 13,765,228. No le sacado su fecha pero es uno o dos años antes. Así que,
señora impaciente, suscríbase al registro y haga sus elucubraciones. Es fácil,
vea diariamente cuántas vacunas se aplicaron ese día, espere a que lleguen la
rusa y luego ya le cuenta así:
Hasta la próxima.
Cuídense, usen el CUBRE NARIZBOCA.
Como siempre, amigo Pedro, estupendo comentario sobre las vacunas y la situación actual mundial.
ResponderEliminarGracias amigo desconocido.
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